Proyecto Perpetuando la Red LAC.
Realización: Red LAC y Museu da Pessoa.
Entrevistada: María del Carmen Lima.
Entrevistadora: Kika Casas (Rede LAC).
Lugar de la entrevista: Villa Rodríguez. Uruguay .
Fecha de la entrevista: 12 de enero de 2007.
Transcripción: Adriana Sierra.
¿Cuál es tu nombre completo, dónde naciste y la fecha de tu nacimiento?
María del Carmen – Me llamo María del Carmen Lima Gambetta, nací en la ciudad de Tacuarembó, el 7 de julio de 1960 y a los cuatro días de haber nacido me llevaron al campo, en Cinco Sauces, donde viví hasta los 6 años.
¿Qué nos podrías decir sobre la vida cotidiana con tus padres?
María del Carmen – Mis padres, vivieron en el campo; luego, cuando yo tenía 6 años, se fueron a la ciudad. Durante el tiempo que estuvieron en el campo, ellos se dedicaban a la ganadería extensiva y a la cría de ovejas.
Y sobre tu nacimiento, ¿sabes cómo fue, si tuvo complicaciones o fue fácil?
María del Carmen – Yo nací por parto natural, no tuve ningún tipo de inconveniente. A los cuatro días me fui para el campo y nunca tuve problemas de salud.
¿Dónde pasaste tu infancia y cómo era el lugar donde vivías?
María del Carmen – Yo entré a la escuela con 5 años, fui dos años a la escuela en el campo, donde íbamos a caballo, haciendo un recorrido de 10 kilómetros entre ida y vuelta a la escuela... y era maravilloso. Yo hacía toda la tarea del campo junto a mi padre y los peones y lo que más nos divertía era el viaje a la escuela a caballo con mis hermanos.
En relación al vínculo con tu padre y tu madre, ¿qué destacarías, que podrías decir de cada uno de ellos?
María del Carmen – De mi madre lo que aprendí es que era muy hogareña, muy por la casa, pero era de contestarnos todas las preguntas, todas las inquietudes de sus hijos; y con mi padre eran todas las salidas al campo y me encantaban, toda la tarea del campo la realizaba con él y los...
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Proyecto Perpetuando la Red LAC.
Realización: Red LAC y Museu da Pessoa.
Entrevistada: María del Carmen Lima.
Entrevistadora: Kika Casas (Rede LAC).
Lugar de la entrevista: Villa Rodríguez. Uruguay .
Fecha de la entrevista: 12 de enero de 2007.
Transcripción: Adriana Sierra.
¿Cuál es tu nombre completo, dónde naciste y la fecha de tu nacimiento?
María del Carmen – Me llamo María del Carmen Lima Gambetta, nací en la ciudad de Tacuarembó, el 7 de julio de 1960 y a los cuatro días de haber nacido me llevaron al campo, en Cinco Sauces, donde viví hasta los 6 años.
¿Qué nos podrías decir sobre la vida cotidiana con tus padres?
María del Carmen – Mis padres, vivieron en el campo; luego, cuando yo tenía 6 años, se fueron a la ciudad. Durante el tiempo que estuvieron en el campo, ellos se dedicaban a la ganadería extensiva y a la cría de ovejas.
Y sobre tu nacimiento, ¿sabes cómo fue, si tuvo complicaciones o fue fácil?
María del Carmen – Yo nací por parto natural, no tuve ningún tipo de inconveniente. A los cuatro días me fui para el campo y nunca tuve problemas de salud.
¿Dónde pasaste tu infancia y cómo era el lugar donde vivías?
María del Carmen – Yo entré a la escuela con 5 años, fui dos años a la escuela en el campo, donde íbamos a caballo, haciendo un recorrido de 10 kilómetros entre ida y vuelta a la escuela... y era maravilloso. Yo hacía toda la tarea del campo junto a mi padre y los peones y lo que más nos divertía era el viaje a la escuela a caballo con mis hermanos.
En relación al vínculo con tu padre y tu madre, ¿qué destacarías, que podrías decir de cada uno de ellos?
María del Carmen – De mi madre lo que aprendí es que era muy hogareña, muy por la casa, pero era de contestarnos todas las preguntas, todas las inquietudes de sus hijos; y con mi padre eran todas las salidas al campo y me encantaban, toda la tarea del campo la realizaba con él y los peones y ese era nuestro vínculo, no tanto mis preguntas o interrogantes sobre el campo y otros temas, eso otro lo hacía mi madre.
¿Tienes algún recuerdo especial sobre la escuela?
María del Carmen – Del viaje a la escuela, lo diferente era que corríamos carreras a caballo y nos divertíamos montones. Mi madre esperaba vernos pasar por una lomada y si no nos veía se preocupaba, pues nosotros pasábamos un puente con un río muy hondo.
De tu juventud, ¿qué puedes contarnos?
María del Carmen – Generalmente, en las vacaciones nos íbamos para el campo y nos divertíamos mucho haciendo las tareas, pero yo desarrollé mi vida en la ciudad. Me tuve que ir por temas de estudio, ya que era muy aislado el lugar donde mi padre tenía el campo. En la ciudad iba al cine, no era de ir a bailes, y allí terminé el liceo, pero añoré mucho mi vida de campo. Mi vida transcurría entre la ciudad, estudiar, el cine y el campo.
¿Trabajaste en esa época de juventud, tuviste algún trabajo específico tuyo? ¿Cómo transcurría tu día a día?
María del Carmen – No trabajé, me dedicaba a estudiar nada más.
En relación a tu marido, ¿cómo lo conociste? Cuéntanos un poco sobre tus hijos...
María del Carmen – Yo conocí a mi marido en la ciudad, él vivía cerca de mi casa, también había nacido en el campo. Nos casamos y volví al campo, pero nos mudamos al departamento de Canelones, donde empezamos a trabajar en una pollería. Ahí tuve mi primer hijo, que hoy tiene 26 años y, luego, la pollería cerró y comenzamos la aventura de tener un tambo. Ahí me involucré en el movimiento de mujeres. Mi esposo se dedicaba al tambo y yo me encargaba de la cría de cerdos y pollos. Así desarrollé mi vida hasta que nacieron los más chicos, que tienen 12 y 13 años actualmente. Empecé a coordinar el trabajo de campo con el grupo de mujeres, en la institución donde empecé a participar.
¿Exactamente qué fue lo que te motivó a involucrarte con una organización específicamente de mujeres?
María del Carmen – Mi gran inquietud, que me llevó a involucrarme es el gran aislamiento en el que vive la mujer rural, la falta de conocimiento de sus derechos y, por sobre todas las cosas, el sometimiento en el que vive la mujer en el campo, que es, como decimos acá, “el último orejón del tarro”. Dado que yo tenía un poco más de conocimientos y de estudios, me empecé a involucrar con gente informada, con técnicos, y me interesó muchísimo conocer cuáles eran los derechos de las mujeres y pelear por ellos y aportar para que esas mujeres vivan y vivamos en una condición más digna y poder llegar hasta lo público, hasta las instituciones.
En cuanto a la Red LAC, ¿cómo la conociste, cómo fue tu primera participación en ella?
María del Carmen – Dado que nosotros fundamos la Red de Grupos de Mujeres Rurales del Uruguay y el gran acercamiento que teníamos con Kika, nos fuimos involucrando, aportando ideas y apoyando el trabajo de Kika y así nos involucramos en la organización y en retroalimentar el trabajo que ella realizaba ahí.
¿Cómo incidió en tu vida esa vinculación con la Red y qué te aportó?
María del Carmen – La vinculación fue tremendamente importante porque nos hizo conocer realidades muy diferentes a la de nuestro país, ver otras realidades que nosotros no vivimos, como otros tipos de violencia, como la guerra, cosas que nosotros no conocíamos. Y al encontrarnos con mujeres de otros países, empezamos a conocer y a vivirlo de forma diferente. Incluso a traer otras formas de organización que tenían las mujeres más organizadas de otros países y que nos ayudaba a avanzar y complementar con el trabajo que nosotros hacíamos.
En tu organización, ¿encuentras que algo cambió a partir del vínculo con la Red LAC, percibes que la Red de Grupos de Mujeres Rurales del Uruguay ha despertado inquietudes a partir de esta relación?
María del Carmen – A mi parecer, la ha fortalecido, hemos aprendido a trabajar con problemas diferentes, con mujeres diferentes; y aún teniendo iguales problemas y teniendo diferentes realidades, hemos salido enriquecidas con el intercambio, nosotras aportando nuestra realidad de país pequeño y los países más desarrollados, que están más avanzados en las organizaciones de mujeres, han aportado lo suyo para que nosotros nos enriquezcamos y crezcamos como personas, grupo e institución.
En el futuro, ¿cómo ves tú a la Red LAC?
María del Carmen – Para mí es fundamental y muy importante el trabajo que realiza y que es imprescindible que se continúe. Independientemente de los nombres que nosotros le podamos poner a las Redes, lo importante es la unión de las mujeres. Y deberíamos estar en los medios de comunicación, difundiendo el trabajo que se está realizando, porque, además de obtener más apoyo a nivel gubernamental, sería fundamental dar a conocer el trabajo maravilloso que hace la sociedad civil organizada y más el trabajo de la mujer del campo, que después de sus largas jornadas de trabajo pueda organizarse y ser parte de esta Red Latinoamericana, que en todos los países es igual, algunas veces con mejores o peores condiciones que otros, pero el trabajo de la mujer organizada es el mismo, con muchas jornadas de dedicación a la organización en forma honoraria. Lo mejor que podemos hacer como sociedad civil organizada, independientemente de los organismos, es seguir uniéndonos, contemplando las diferentes realidades y aportando soluciones a nuestros países.
¿Qué sueñas para la Red en el futuro?
María del Carmen – Principalmente sueño con transformar la educación de nuestras generaciones, creo que es importantísimo educar diferente y cada día tener una acción a favor de la mujer y a favor de las organizaciones, cambiando la educación. Para mí, todo pasa por eso, la transformación de la cabeza del hombre es fundamental. Nos cansamos de hablar de género y creo que deberíamos concretar en acciones, pues independientemente de lo que digamos, a veces hacer, hacemos poco. Hay que aterrizar el discurso y eso sólo se consigue a través de la educación.
¿Qué sueños tienes tú para las mujeres?
María del Carmen – Muchos. Transformando nuestra mentalidad, nuestra cabeza, tanto hombres como mujeres, será la manera de tener una vida mejor, más digna, más solidaria con personas que piensen, en el campo o en la ciudad, pero que piensen que sus ciudadanos deben de vivir de lo que les guste o de lo que quieren y que tengan la posibilidad de elegir. Para muchos en nuestros países, es una utopía poder vivir donde queremos, muchas veces lo hacemos donde quieren otros. Para mí es fundamental vivir en el campo y desarrollar la vida de mis hijos en el campo.
Y para ti, ¿qué sueñas?
María del Carmen – Para mí, será morir en el campo. Me encanta. Y que las mujeres tengan la misma posibilidad de tener un pedazo de tierra que un hombre, que tenga la misma posibilidad de educar a sus hijos, de criarlos sin tener la atadura de tener una persona al lado, poder tener un crédito que ella maneje... No sólo que ella sea una herramienta de trabajo: que también pueda ser productora en todo el sentido de la palabra, de llevar su empresa adelante, ya que la mujer es muy capaz. Y no que siempre tenga todos los privilegios el hombre, lo que hace que la autoestima de la mujer se vaya deteriorando y quedando siempre “para atrás”. Personalmente, yo encontré mi lugar, me encanta lo que hago y voy a seguir peleando por lo que quiero y, por sobre todas las cosas, por los derechos de las mujeres.
Como última pregunta, ¿cómo te sentiste con esta entrevista, hablando de tu vida? ¿Querrías agregar algo de lo que no hayamos hablado?
María del Carmen – Me encantó la entrevista, porque yo tengo pocas posibilidades de comentar mi infancia. Poca gente de las organizaciones a las que pertenezco sabe que tuve una infancia en el campo, que vengo de un origen de campo y que mis abuelos y mi padre tenían campo y, tal vez, eso sea lo que ha llevado a que a mí me guste tanto.
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