AMH_HV12_ Jorge Melguizio
Entrevista de Jorge Melguizio
Entrevistado por Karen Worcman
Medellin, Colombia. 16 de janeiro de 2024
Projeto As Américas e Suas Histórias
Entrevista número AMH_HV12
Transcrita via Transkriptor
Revisão Gerardo Déleon
00:00:02
R - Había un amigo abogado que escribía muy crítico, crítico de todo, muy duro. Vivía aquí en el centro y se encontraba, decía que salía de su apartamento y lo abordaban grupos de cristianos o grupos de hare krishna. Y les decía el hombre no, no creo en la religión católica que es la única verdadera, voy a creer en la de ustedes. Y así se los quitaba de encima.
00:00:35
P/1 - Bueno. 16 de enero de 2024 Medellín, Colombia Pequeña entrevista con Jorge Melguizio entrevistado por Karen Worcman y grabado por Marcelo Larrea, América y sus historias.
00:00:57
R - Te miro a vos?
P/1 - Mirame a mí.
00:01:00
P/1 - Vamos a empezar un poquito solamente de ti, que me dices dónde naciste, el año, un poco de nuevo.
00:01:11
R - Yo nací en Medellín, en un barrio que se llama San Javier, que hace parte de lo que se conoce como la Comuna 13, que es un conjunto de barrios en el centro occidente de Medellín, en el extremo centro occidental de Medellín. Ahí se acaba la ciudad, en esa parte centro occidental. Nací el 14 de marzo de 1962 en una casa, fui el segundo de los hijos, mi hermano mayor me lleva once meses y mi padre, un obrero de fábrica, tenía veintidós años, veintitrés años cuando yo nací y mi madre veintiuno. Y también, o sea, mi madre ama de casa toda la vida. Ninguno de los dos estudió carrera universitaria, estudiaron, hasta, mi padre, hasta cuarto o quinto año de secundaria y mi madre hasta segundo año de secundaria.
00:02:02
P/1 - Me cuentas un poquito así un poco de tu familia anterior, tu padre, tu madre, primero el nombre. Sí, un poco. ¿Qué sabes de tus abuelos, de dónde vinieran?
00:02:14
R - Mi padre Jairo Melguizo, mi madre Hilda Posada. Mi abuelo materno, el...
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Entrevista de Jorge Melguizio
Entrevistado por Karen Worcman
Medellin, Colombia. 16 de janeiro de 2024
Projeto As Américas e Suas Histórias
Entrevista número AMH_HV12
Transcrita via Transkriptor
Revisão Gerardo Déleon
00:00:02
R - Había un amigo abogado que escribía muy crítico, crítico de todo, muy duro. Vivía aquí en el centro y se encontraba, decía que salía de su apartamento y lo abordaban grupos de cristianos o grupos de hare krishna. Y les decía el hombre no, no creo en la religión católica que es la única verdadera, voy a creer en la de ustedes. Y así se los quitaba de encima.
00:00:35
P/1 - Bueno. 16 de enero de 2024 Medellín, Colombia Pequeña entrevista con Jorge Melguizio entrevistado por Karen Worcman y grabado por Marcelo Larrea, América y sus historias.
00:00:57
R - Te miro a vos?
P/1 - Mirame a mí.
00:01:00
P/1 - Vamos a empezar un poquito solamente de ti, que me dices dónde naciste, el año, un poco de nuevo.
00:01:11
R - Yo nací en Medellín, en un barrio que se llama San Javier, que hace parte de lo que se conoce como la Comuna 13, que es un conjunto de barrios en el centro occidente de Medellín, en el extremo centro occidental de Medellín. Ahí se acaba la ciudad, en esa parte centro occidental. Nací el 14 de marzo de 1962 en una casa, fui el segundo de los hijos, mi hermano mayor me lleva once meses y mi padre, un obrero de fábrica, tenía veintidós años, veintitrés años cuando yo nací y mi madre veintiuno. Y también, o sea, mi madre ama de casa toda la vida. Ninguno de los dos estudió carrera universitaria, estudiaron, hasta, mi padre, hasta cuarto o quinto año de secundaria y mi madre hasta segundo año de secundaria.
00:02:02
P/1 - Me cuentas un poquito así un poco de tu familia anterior, tu padre, tu madre, primero el nombre. Sí, un poco. ¿Qué sabes de tus abuelos, de dónde vinieran?
00:02:14
R - Mi padre Jairo Melguizo, mi madre Hilda Posada. Mi abuelo materno, el papá de mi madre, era sastre, confeccionaba ropa en el garaje de su casa. Y era muy especial porque tenía una relación siempre. Murió cuando yo tenía siete años, en 1969, pero tenía su mundo, su universo, sus amigos. Era una población afro, de un palenque, de un quilombo, que estaba al lado de la casa donde ellos vivían. Era una extensión muy fuerte de palenque que ya no existe. Y yo recuerdo en la casa de mi abuelo siempre todo ocurría bajo el mundo afro, todo. Y en el funeral de mi abuelo, recuerdo como si fuera ayer, es casi que una imagen cinematográfica que hemos comentado con mis tías y con mis familiares.
00:03:04
R - El funeral fue a ciento cincuenta metros de la casa y eran puras carretas de caballos que cargan arenas y piedras, eran todos con flores, llevándonos a todos hasta la iglesia. Era toda población negra, en el funeral de mi abuelo, que era un hombre mestizo, mi abuela era una mujer que siempre pareció vieja y murió solo cuando tenía cincuenta años. Yo soy más viejo, tengo sesenta y un años y soy más viejo que todos mis cuatro abuelos. Ninguno de mis cuatro abuelos sobrevivió más allá de los cincuenta y nueve años que fue el padre de mi padre. Mis abuelos paternos, mi abuela no la conocí, murió cuando mi padre estaba muy joven, veinte años de que yo naciera. Y mi abuelo paterno murió cuando yo tenía dos años. Y es muy especial porque es mi primer recuerdo en la vida. Yo recuerdo a mi abuelo y he descrito situaciones con mi abuelo en dos momentos.
Y mi papá me decía es imposible que usted se acuerde de eso porque su abuelo murió cuando usted tenía dos años. Y yo me acuerdo y les describo las situaciones y me dicen, eso ocurrió. Mi abuelo trabajó en una fábrica textil, mi padre también trabajó en una fábrica textil. Pero mi abuelo inventaba cosas, tuvo una droguería, una farmacia, y teniendo esa farmacia inventó una crema que es muy famosa hoy todavía, la crema cero, que es una crema para bebés, para untar en la nalguita de los bebés, para las quemaduras. Y en mi casa estaba la fórmula de la crema cero y muchos estuchitos de la crema cero. Mi abuelo inventó esto, consiguió un socio que le ayudará a comercializarlo, porque mi abuelo era pésimo para eso.
Y un día el socio le dijo Gabriel, esto no da para los dos, o te vendo, o me vendes. Y mi abuelo le dijo yo te vendo. Y le vendió un fogón de dos puestos, y en una media hoja de cuaderno escrita a mano con la fórmula y el otro le dijo, me engañaste Gabriel. Dijo no, tú te vas a hacer rico con eso. Y esa familia de ese hombre hoy son una familia muy rica en Medellín con esa fórmula. Y ese era mi abuelo y mis abuelos.
00:05:25
P/1 - ¿Pero el recuerdo que tienes con él, que es?
00:05:28
R - Es que yo tengo dos recuerdos con mi abuelo, uno en el hospital, una enfermera, pero además es como viendo casi que de atrás, o sea, una enfermera me está cargando, pero yo estoy viendo a la enfermera, es muy extraño. Y me carga para que salude a mi abuelo. Yo tenía dos años y ese es el momento del hospital en el que él está muriendo. Y otro recuerdo que tengo con él es en una casa de campo donde describí una situación y mi padre me dijo sí, allá estuvimos donde un familiar haciendo una visita a una hora de Medellín, en un municipio que se llama San Pedro, es una casa alrededor de unos animales y cosas. Estábamos allí en un atardecer.
00:06:07
P/1 - ¿Te acuerdas de eso?
00:06:08
R - Me acuerdo de eso. Tenía dos años. Una que trabajó conmigo, hace nada, diez años, decía que yo tengo memoria de bobo, es decir, que me acuerdo de cosas rarísimas y no me acuerdo de cosas fundamentales, entonces tengo una memoria muy extraña. No me acuerdo, a mí se me olvidan los libros que leo, las películas que veo. Entonces empiezo a ver una película y es como si la viera por primera vez. Y solo en alguna escena me doy cuenta que ya la había visto. En los libros me pasa lo mismo. Lo disfruto como si fuera la primera vez. Es una historia nueva, o se me olvidan las personas donde las no las ubico. Pero me acuerdo de fechas, de datos, de cosas numéricas, o de recuerdos muy, muy selectivos. O de las fechas. Sé que el 15 de marzo de 1991 fue viernes. Y busca si fue viernes. Por alguna razón. Por alguna razón me acuerdo de eso.
00:07:04
P/1 - Dígame. Esta casa donde naciste. ¿Entonces naciste en la comuna 13? ¿Qué te acuerdas de esta casa?
00:07:13
R - Es una casa muy especial. Mi padre y mi madre compraron un terreno en un barrio, era un barrio obrero, pero compraron el terreno en el rincón del barrio, más allá, o sea, cien metros más allá del límite del barrio, entre una quebrada, un córrego, un morro, una calle pequeña, donde solo había hoy hay sólo tres casas. La mía estaba en la mitad, pero cuando son tres casas a un lado de la calle, tres al otro, cuando nos pasamos para allá, sólo había cuatro casas de las seis. Y era una casa que diseñó un arquitecto, primo de mi madre. Y este arquitecto decía siempre que era como un diamante enclavado en una tusa, encavado en una tusa. Una tusa es la mazorca del maíz. Entonces dice, esa es una casa muy buena para estar en ese barrio tan malo, en la calle tan mala, ¿cierto? Porque era una casa muy especial.
00:08:13
R - Mi papá, más que mi mamá, tenía un gusto por las cosas raras. Leía mucho, a pesar de que no había estudiado, leía mucho. Leía mucho, mucho, mucho. Y con el arquitecto, quería una casa que tuviera mucho patio. Tenía una casa de cuatro patios. Todas las piezas daban a un patio, un patio verde. Pero en la mitad de la casa había un gran patio. Uno tenía que atravesar por el patio, digamos, entre la zona social y las habitaciones.
Y en ese patio había un kiosco, que era el lugar de encuentro de toda la gente, porque era la única casa con kiosco. Un kiosco en la mitad de la casa que partía y estaba entre patios. El kiosco entonces partía la casa en dos. Y era como una zona social muy, muy especial. Era una casa grande, muy grande. Una casa de 300 m². Estuvo sin pintar durante doce, trece años. En cemento y cal. Unas partes en cemento, otras partes en cal, porque no había con qué pintarla.
Mi hermano y yo, cuando teníamos doce, trece años, en unas vacaciones de colegio pintamos y era una casa donde había mucho libro y mucha música. Mi padre y mi madre eran muy melómanos. Había mucho vinilo. Mucho vinilo, mucho disco de larga duración, mucha música clásica, mucha música clásica, clásica, occidental, europea, pero también había mucho bolero, había mucha música latinoamericana en mi casa cuando yo tenía tenia años, había Elis Regina, había Caetano Veloso, había Vinicius de Moraes, había Gal Costa…
P/1 - ¿De donde había venido todo este gusto por la música, los libros?
00:09:51
R - Te lo digo. Un hermano de mi papá que está vivo, tiene noventa y cuatro años, vive en Bogotá, me dice, es que tu papá siempre fue muy raro. Tu papá era muy sibarita, decía muy sibarita. Tu papá era muy pinchado. Pinchado era. Le gustaban las cosas, las comidas raras, en fin, siempre. Y era muy culto, leía permanentemente. Y había mucha, mucha música en mi casa. Mi mamá, cuando tenía siete, ocho años, mi mamá fue hija única durante diez años y luego tuvo cinco hermanos del mismo matrimonio, del mismo papá y mamá. O sea, fue hija única de diez años. Después nacieron cinco más. Entonces mi mamá era como fue diez años una mujer criada, contemplada por su padre y su madre. Cuando tenía siete u ocho años, mi mamá cantaba música española y bailaba en bares y en cosas del barrio . Era la niña de mostrar, y cantaba y bailaba y por ahí. Y hoy mi mamá, que tiene ochenta y tres años, hace veinti siete años, hace unas tertulias musicales una vez al mes. Y el próximo jueves, precisamente este jueves, el jueves de esta semana, dentro de dos días, hace unas tertulias musicales una vez al mes en un bar. Durante años fue en nuestra casa en San Javier, hasta que ella vendió hace unos doce, trece años. Y las hace en un bar, lleva artistas, cantantes. Y mi madre canta siempre dos o tres canciones. Ha grabado un par de discos. El primer disco lo grabó con su novio, que murió hace cinco años, y el segundo disco lo grabó sola con algunos artistas que la acompañan, hace un par de años. Ahora hace solo dos años. Entonces, en mi casa siempre había mucha música, mucho.
Pues te digo, para nosotros María Dolores Pradera era la música de la casa. O Frank Purcell, o todas las sinfonías de Mozart, todo. O sea, había o la rondalla tapatía de México, o lo que te digo, música brasilera teníamos, sonaba y para nosotros Chico Buarque o Caetano Veloso eran compañeros de todos los días en la casa cuando estábamos pequeños.
00:12:02
P/1 - ¿Y ahí vivía quién?
00:12:03
R - Y libros. Y libros, muchos libros, muchos libros. Tanto que, por ejemplo, teníamos una biblioteca. Era una casa con biblioteca. Era una casa de un solo piso, solo tenía un cuarto en un segundo piso se subía por unas escalas en caracol y todo el segundo piso de la biblioteca era nuestra zona de estudio de cuatro hijos, éramos cuatro hijos, todos hombres, y era nuestra zona de estudio, un par de escritorios. Y teníamos lo que llamamos aquí un nido. Un nido es una cama individual en una biblioteca. Es como si aquí en esta biblioteca donde estamos, en esta librería en la Contista, en el centro de Medellín, aquí hubiera una cama para uno acostarse a una persona.
00:12:38
En la librería Shakespeare en París, hay un nido que la gente llega allá y se acuesta un poco a leer. Entonces teníamos un nido, y ese nido era como una caja de Pandora, porque el nido estaba sobre una caja enorme de cartón, una caja de nevera llena de libros, llena de libros. Entonces toda la biblioteca estaba llena. Pero algunas veces desarmamos el nido, levantamos el colchón y buscábamos que había ahí, estaba toda la colección de la revista Life, por ejemplo. Entonces, bueno, siempre había mucha cosa, nosotros aprendimos a leer, te diría, con el tesoro de la juventud, una enciclopedia de veinte libros editada en México en 1959. Y tengo hoy, esa edición comprada en México. Mi hermano se quedó con la original de mi casa y yo compré hace unos años, no la tengo yo, se la dimos a mi hijo de regalo porque es una enciclopedia bellísima. Pero eso, siempre había muchos libros.
00:13:37
P/1 - ¿Te acuerdas así como eran la relación con los libros en tu vida, te ibas ahí, qué libros te marcaron? ¿Los primeros?
00:13:45
R - Es muy esperado, porque marcaron muchos libros. Había unos libros clásicos, el corazón del mundo de Amicis fue uno de los libros que digamos que creo que más nos indujeron a los hermanos en la lectura. Pero también muchas historietas, teníamos muchas historietas. Había una incluso que ocurría en Brasil, en el Mato Grosso, que era con Mahua. Yo no sé si eso es verdad, nunca, nunca le he buscado en Brasil. Mahua, era como una Tarzán pero del Mato Grosso. Había historietas de todo tipo, pero muy especial, yo hace unos días una conversación similar a esta, pero con la familia, con mis hermanos, ahora en navidad, 24 de diciembre, recordando los libros que nos habían marcado a los diez, once años. Yo a los diez años había leído el idiota de Dostoievski, los hermanos Kamarazov, pero había leído Ana Karenina de Tolsói, o sea, once, doce años eran lecturas que estaban en mi casa.
Pero había literatura colombiana también, una literatura colombiana muy clásica de Tomás Carrasquilla, de Eduardo Salamea, cosas de Fernando Aparicio, la rebelión de las ratas, eran libros que leíamos en mi casa, algunos de ellos incluso cuando los comentaba en el colegio, recuerdo, los profesores más o menos decían hombre, ¿y por qué te estás leyendo eso? Había, por ejemplo, un novelista de hace cien años en Colombia, Vargas Vila, que era como prohibido, pero prohibido para todo el mundo, porque era así, era un libro de estos que a él lo excomulgaron, en fin. ¿Entonces por qué te está leyendo a Vargas Vila? Eso estaba en mi casa. Pero en mi casa también estaba, por ejemplo, la poesía Teodoráquis, uno de los líderes de la revolución griega. Entonces estaba Teodoraquis libre, un libro de pasta negra. Entonces había de todo, ¿cierto? Había muchas cosas, había crónicas y había periodismo y había, no sé, había mucho, mucho y distinto.
00:15:38
P/1 - ¿Y cómo era la relación tuya, cuando empezó a crecer, de la casa con el barrio? ¿Cómo era el barrio?
00:15:45
R - El barrio era un barrio pobre, pero no sabíamos que era un barrio pobre. Era el barrio. Después supimos que era un barrio pobre, empezamos a ver otros barrios, pero para nosotros, al frente de mi casa, la calle estaba sin asfalto, sin pavimento. Y era una maravilla. Para nosotros era como lo natural que la calle no tuviera asfalto, porque ahí jugábamos los partidos de fútbol. Teníamos al frente de mi casa, vivían una familia con cinco hijos de las mismas edades que nosotros, y nosotros éramos cuatro. Entonces, entre los nueve teníamos para todo. Jugábamos béisbol, jugábamos fútbol, hacíamos de todo.
00:16:19
P/1 - ¿Todos niños?
00:16:20
R - Todos niños. Éramos nueve. Y entre los nueve, una sola niña, Gloria, que hoy vive aquí en Medellín, y yo. Se fueron a Venezuela cuando yo tenía seis años, tal vez, se fueron a Venezuela y hoy han regresado, se han disperso por esta situación de Venezuela. Y hoy Gloria, que es pediatra, vive aquí en Medellín y somos amigos después de sesenta años de conocernos. Entonces, y yo recuerdo un detalle, en mi casa había, a mi papá le encantaban unas revistas gringas que eran mecánica popular. Y Mecánica popular en una página, en tres páginas, te decían cómo hacer un avión en su propia casa, bueno, todo eso. Y nosotros fabricábamos cosas de mecánico, fabricábamos un avión o fabricamos una casa entre los nueve y las guardábamos en el garaje.
Y eran nuestras vacaciones, eran todo. Nos defendíamos ahí en el barrio, montábamos en bicicleta, patinábamos, hacíamos por el resto del barrio, jugábamos fútbol, subíamos el morro, vivíamos al lado de un morro, el morro que vimos cuando fuimos en el metrocable, todo ese morro era nuestro patio de juegos.
00:17:25
P/1 - Pero ahí no había casas. ¿Cómo era?
00:17:27
R - No había casas. No había casas. Nosotros subíamos con cartones y nos rodábamos por ese morro. Alguna vez se me ocurrió, tenía tal vez ocho o nueve años, se me ocurrió subir no el cartón, sino la caja de cartón completa, una caja del tamaño de esta mesa, un cubo. Y me metí en la caja y rodé y eso saltó y saltó y caí a la carretera y me herí en la segunda. Pero todo era un barrio muy sano, muy entretenido. Nuestro colegio quedaba unas seis calles de ahí, seis, siete calles de la casa. Íbamos andando en un colegio de dos antropólogos, era muy raro, después uno cae en la cuenta de eso.
Dos antropólogos en ese barrio obrero vivían ahí profesores de la Universidad de Antioquia, don Graciliano Arcila y doña Inés Solano. Y Graciliano fue hoy el Museo Antropológico de la Universidad pública principal de Medellín, que es la Universidad de Antioquia. Se llama el museo Graciliano Arcila. Y don Grasiliano fue el que descubrió la primera población que los españoles cuando con Colón llegaron a América continental. La primera población se llamó Santa María la Antigua del Darién. Está en la zona del Chocó, departamento vecino a Antioquia, donde estamos nosotros en Medellín. Y don Grasiliano descubrió esto. Bueno, para nosotros eran historias como que se contaban en ese momento del colegio.
El colegio era un colegio, casi que experimental. Y yo siempre he dicho que creo que nosotros somos mucho producto, pero nosotros, es decir, mis hermanos y yo, y una buena generación de ese barrio, somos mucho producto de ese colegio. Le debemos mucho a doña Inés Solano, que era la rectora, y a don Grasiliano Arcila. Y ellos tenían su casa dentro del colegio. Entonces uno pasar a la casa de ellos era como entrar a otro mundo, porque tenían colección de vasijas y tenían los libros y era una maravilla, ¿cierto? Pero además ellos iban a las fiestas familiares. Cumplíamos años en mi casa y ellos iban a las fiestas familiares. Eran vecinos. Entonces era una relación muy, muy especial. Y fue una infancia bonita, libre, tranquila. A los trece años yo me metí con la Junta de Acción Comunal del barrio. Todos los barrios en Colombia tienen una junta de Acción Comunal desde hace unos sesenta años. Son juntas barriales para, podría decir uno como espacios comunitarios que reemplazan el Estado cuando el Estado no está presente.
00:19:58
P/1 - ¿Pero es una iniciativa?
00:19:59
R - Eso existe públicamente. Hoy estar pues es por ley nacional, cada cuatro años se elige una junta de acción comunal. Para conformarla tiene que haber mínimo setenta vecinos y vecinas en zona urbana y cincuenta en zona rural que conforman. Pero por ejemplo, Medellín tiene formalmente trescientos ochenta barrios y tiene cuatrocientos sesenta juntas de acción comunal. Porque puede haber en un barrio muy grande te aceptan tener dos juntas de acción comunal por territorio. Entonces existen y fueron las que durante muchísimos años construyeron una buena parte de la infraestructura pública. Historias que no les conté mientras recorríamos la comuna 13, cuando fuimos a Casa Colacho y eso, casi todos los árboles que vimos al lado del restaurante Mi Palenque, o los árboles que vimos a la salida del metro, los sembramos jóvenes del barrio, todo nosotros arborizamos o hacíamos el mantenimiento de las zonas verdes, nosotros en convites, o hacíamos fiestas para recoger dinero para hacer una caseta comunal, o para hacer un aula de un colegio. Es decir, la junta de dirección comunal reemplazaban a lo público en un trabajo comunitario.
00:21:05
R - Pero en muchos barrios de Medellín fueron las responsables de llevar el agua, o de hacer el alcantarillado, o de hacer la escuela, o de hacer la iglesia, en fin, había mucha acción todavía en muchos barrios hay una acción comunitaria fuerte, y en algunos otros pues se ha perdido esa porque ya digamos, lo básico está cubierto. Pero ven, era un barrio en el que con amigos, porque era un grupo de amigos, nos metimos en la junta de dirección comunal y fuimos lo que hoy llamarían activistas sociales. Fuimos activistas sociales y nos movíamos mucho, mucho, haciendo cosas por todo el barrio.
00:21:39
P/1 - ¿Qué hacían, por ejemplo?
00:21:40
R - Todo, todo. Hacíamos eventos, hacíamos rifas. Yo hice un periódico, yo empecé a estudiar comunicación en la universidad a los dieciséis años y empecé a hacer un periódico, el periódico se llamaba Progresando. El periódico no progresó, pero hacía, por ejemplo, en ese periódico voy a buscar y la página en la que cuento la noche de ocupación de las independencias, donde hoy están las escaleras eléctricas, en el periódico Progresando registré eso cuando tenía yo creo que dieciocho años, en 1980. Y se financiaba vendiéndole a la tienda, a la farmacia, a la legumbrería un avisito para el periódico, y con eso se financiaba para imprimirlo en mimeógrafo, lo imprimíamos, en fin, se distribuía por el barrio. Pero eso hacíamos limpieza en la quebrada, limpieza de las quebradas para sacar plásticos, para sacar todo. Hacíamos jardinería, sembrábamos los árboles, nos movíamos.
00:22:43
P/1 - ¿Eso desde los trece años?
R - Los trece años.
P/1 - Y ahí era tranquila la vida, no tenía violencia. ¿Cómo era el contexto en el país?
00:22:52
R - Colombia siempre ha sido un país con violencia. Es decir, yo tengo sesenta y un años y medio, cumplo sesenta y dos en marzo del 2024 y nunca he vivido en un país sin violencia, nunca. No recuerdo un solo día, o sea, no es que no lo recuerde, nunca ha habido un solo día en sesenta y dos años en que ese país no tenga violencia. La violencia en este país oficialmente está desde 1948, cuando matan a Jorge Lízer Gaitán, líder liberal, el nadie abril, lo matan a él se enciende el país, se empieza una guerra entre liberales y conservadores. Los liberales eran como lo que uno podría llamar hoy los socialdemócratas de ese tiempo, ya no, hoy son un partido derecha, pero eran algo parecido al partido socialista Obrero español de España. Y los conservadores era un partido derecha. Y cuando matan a Galán, se enciende una guerra entre ambos. Asume la presidencia Laureano Gómez, un facho, un facho estilo Mussolini, un facho estilo Perón.
P/1 - 48?
00:23:55
R - 48, año 48 hasta el 52, pero fachos. Era un facho estilo Perón, pero dicen los argentinos que es progresista, por eso era un facho. Era el amigo de Mussolini, era el amigo de Franco, en fin, Laureano Gómez era un facho de esos. Y Jorge Leser Gaitán era un hombre negro, le decía mulato más que negro, era una combinación de uno diría de indígena y negro. Y era un hombre abogado, con un discurso encendido tremendo, pero así tremendo discurso, muy fuerte. Y busquen la marcha de las antorchas. Algún día convocó en Bogotá una marcha en silencio, sólo con antorchas, una marcha de noche. Y no había un solo grito, ni una sola consigna, solo una marcha en silencio. Una cosa sobrecogedora. Era un tipo muy lo llamarían populista, pero bueno, iba a ser presidente y lo mataron. Y al asesino de la Juan Roa Sierra lo matan. La turba que se da cuenta que él lo mata, lo coge, lo mata y lo arrastra por las calles y se incendia Bogotá. Busca en el Bogotazo. El Bogotazo es un gran incendio en Bogotá, se destruye una buena parte de la ciudad.
00:25:05
P/1 - ¿Pero es una reacción a su muerte?
00:25:07
R - Es una reacción a la muerte de Jorge ser Gaitán.
00:25:09
P/1 - ¿Quién lo mató?
00:25:11
R - Nunca se supo. Hay muchas versiones. Muchos de los magnicidios en este país están impunes. El autor intelectual nunca se supo, el autor material Juan Roa Sierra, pero el autor intelectual se dice que fue el mismo estado para que no llegara. O se dice que fueron los conservadores, se dice que fueron los militares los que ordenaron pues la muerte. Pero mucha gente incluso mantiene la teoría de Juan Roa Sierra como autor único. Hay un libro el ruido de las cosas al caer, de Juan Gabriel Vázquez, uno de los grandes escritores colombianos, que es además de los que ahora hacíamos lista para sugerirte. Y es muy, muy interesante pues toda esa teoría de conspiración alrededor de esa muerte.
00:25:53
R - Un hecho anecdótico, solo anecdótico, pues aquí al margen, el día del asesinato de Jorge Leser Gaitán, Gabriel García Márquez estaba en un hostal muy cerca, y su máquina de escribir incluso termina, él sale a la calle a ver qué pasa y se encuentra en los saqueos que están haciendo una máquina de escribir, y él la recoge en esa máquina. Luego escribe una buena parte de sus novelas. Pero ese mismo día, en la misma zona, sin que se conocieran, por supuesto, estaba Fidel Castro, que había venido porque Bogotá iba a ser la sede ahí, al día siguiente de la muerte de Gaitán, de la cumbre panamericana para formar la Organización de Estados Americanos. Y entonces dicen que había tal vez alguna relación sobre eso, en fin, entonces siempre era muy raro, porque Fidel Castro y García Márquez luego fueron amigos y los dos estuvieron en la misma calle en el mismo momento, no se conocían. Pero en la muerte de Jordi Gaitán, bueno, se enciende el país, se desata una guerra en 1953, liberales y conservadores. Esa época de la violencia fue muy dura. La familia, por ejemplo, de mi esposa vivía en un pueblo que hoy está a dos horas de Medellín. En ese momento estaba siete u ocho horas.
Y sus dos abuelos, los abuelos de mi esposa eran los dos únicos liberales en un pueblo conservador. Y los conservadores los expulsaron. Pero es que entre los conservadores que los expulsaron a ellos sin nada, con una mano adelante y otra atrás, con lo que trajeran puesto en unas maletas, estaban familiares de ellos que los expulsaron. Un familiar los ayudó a salir para que no los mataran, porque los iban a matar. Los ayudó a salir de noche, los escondió en un camión de ganado y en fin, y se los trajo a Medellín. Había eso, es decir, liberales mataban a conservadores, conservadores mataban a liberales. Un libro que yo les recomiendo y que ahora le dije a este, se llama las travesías, de un autor de Medellín, Gilber Mesa. Es tal vez lo más duro que yo me he leído sobre las violencias en Colombia.
Pero tal vez lo mejor que yo me he leído sobre las violencias en Colombia es alrededor de la familia del escritor Gilmer Mesa, que esa novela ocurre, que es una historia, podría ser un documental, un ensayo, es una novela, ocurre a cuatro horas de Medellín y te ayuda a entender, les ayuda a entender estas cosas de la violencia nuestra, partidista. Entonces, bueno, siempre ha habido violencia. Cuando yo nací estábamos iniciando un período del Frente Nacional Colombia. Los liberales y conservadores, en medio de estas violencias, se reunieron y le entregaron el poder a un triunvirato militar, a tres generales. Y es muy raro, porque no fue un golpe de estado, sino que le dijeron a los militares Tomen ustedes el poder. Y cuatro años después, del cincuenta y tres al cincuenta y siete, gobernó el general Alfonso Alberto Rojas Pinilla. Gobierna él en lo que en Colombia dábamos una dicta blanda. Tuvo signos de dictadura en algunas cosas, pero fue una dictadura blanda y fue muy esperado porque fue un momento de desarrollo de muchas cosas en el país.
Llegó la televisión, se estableció el sistema nacional parecido al SENAC brasilero, se establecieron las cajas de compensación parecidas a los SESC, o sea, se hicieron muchas cosas en ese periodo. Se estableció lo que hoy es como el equivalente al Ministerio de la Familia, Instituto colombiano de Bienestar Familiar. Durante ese período militar. Muchas de las cosas que se hicieron ahí tienen sentido en la política social del país. En el año 57, liberales y conservadores hacen un acuerdo en Sitges, en Cataluña, en España, para tumbar a los militares y vienen y les dicen se van y los expulsan. Pero no sólo expulsan del gobierno, sino que lo exilian a Alberto Rojas Pinilla, el presidente del dictador, y lo mandan a vivir a EE.UU. y allá nace su hija, una mujer muy aguerrida, María Eugenia Rojas, tiene sus dos hijos allá que luego llegaron a ser alcalde de Bogotá y presidente del Senado.
Y el que fue alcalde de Bogotá murió hace un año en la cárcel. Llevaba doce años pagando cárcel por corrupción. Y su hermano está todavía en la cárcel por corrupción hasta hoy.
P/1 - ¿Hasta hoy?
R- Sí, está condenado como a veintisiete años de cárcel.
P/1 - Estos son los hijos de Pinilla?
R - Los nietos de Alberto Rojas Pinilla. Entonces, bueno, cuando en el cincuenta y siete los liberales y conservadores en Sitges, en Cataluña, determinan que van a quitar a los militares del poder y se van a repartir el poder cada cuatro años, entonces en unas elecciones cada cuatro años sólo se presentan los de un partido liberales y los conservadores votan por algunos de los liberales. Y a los cuatro años sólo los conservadores y los liberales votan por algún conservador y se reparten el poder desde el año cincuenta y siete hasta el año setenta y cuatro. De esa manera, en el setenta y cuatro se acaba el Frente Nacional, pero ahí nacen las guerrillas de las FARC.
00:30:49
Durante esos años de la dictadura. Durante esos años de la dictadura nace la guerrilla de las FARC. Luego en el sesenta y seis nace la guerrilla del ELN. Luego en el setenta y cuatro, el 19 de abril del setenta y cuatro, nace la guerrilla del M19, originada en el año setenta. Porque el dictador este son esas cosas raras macondianas. El dictador regresa a Colombia en 1969, le permiten regresar y monta un partido Alianza Nacional Popular. Hagan de cuenta un peronismo. Alianza Nacional, un ex militar, o sea, general retirado, que monta un proyecto populista que uno no sabía si era de derecha o de izquierda, que tenía una cosa de uno, otra cosa de otro. Se presenta a las elecciones y le gana a los liberales, a los conservadores y gana. Pero el presidente, que era un liberal, Carlos Gerard Restrepo, a las 10:00 p.m. apaga los canales de televisión, apagan el reconteo de votos y al día siguiente aparece como ganador Misael Pastrana Borrero, del partido conservador. Entonces se asume que hay un robo a Alberto Rojas Pinilla. Hay un pequeño levantamiento, pero no pasa nada y la cosa se queda así. A los cuatro años aparece el m19 movimiento 19 de abril, que fue la fecha de las elecciones robadas cuatro años antes. Y nace de personas que seguían a ese ex dictador Alberto Rojas Pinilla. Una guerrilla.
R - O sea, una guerrilla que nace porque el robo a un militar de las elecciones.
P/1 - una guerrilla de izquierda?
R - Una guerrilla de izquierda, pero nace de un militar, nace de un en fin. Entonces siempre hemos tenido guerrillas, siempre tuvimos Ejército Popular de Liberación, m19, guerrilla del Quintillam indigenista, Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia, FARC y Ejército de Liberación Nacional, que es lo que tenemos hoy. Y desde el año ochentas tenemos grupos paramilitares. Y esos grupos paramilitares siguen remedio peor que la enfermedad. Y hemos estado envueltos en una historial, en una espiral de violencia a lo largo de toda nuestra historia. En nuestro barrio. Le sumamos además el narcotráfico.
00:32:52
P/1 - ¿O sea, el barrio era un barrio de narcotráfico?
00:32:56
R - No. El barrio era el barrio obrero. Pero empieza a aparecer la droga cuando yo tenía catorce años, entonces estamos hablando del año setenta y cuatro más o menos setenta y seis empieza uno a tener noción de que están vendiendo droga. Un vecino mío vendía droga, Rodolfo Barbarán vendía droga. Era un muchacho de cuatro o cinco años más que yo. Vendía drogas y en las terrazas al lado de mi casa, estábamos en el segundo piso, en la biblioteca, estudiando, y se sentía el olor a marihuana. Era él en la terraza escuchando Black Sabbath o ACDC, o las de Kiss, las músicas de ese momento, a todo timbal. Y vendía marihuana en ese momento. Y lo matan al tiempo. Yo tenía 14 años cuando lo matán.
00:33:39
¿Y él era joven también?
00:33:42
R - Era joven también. Tenía diecisiete, dieciocho años cuando lo matan. Y es cuando empiezan a tener como noción de eso, ¿cierto? Empezaron, algunos vecino nuestro de un momento a otro arreglan su casa mejor que todas las demás. Y algún vecino nuestro empieza a comprar carros que no tenía nadie en el barrio. Y dijimos, llegó la mafia al barrio. Decíamos llegó la mafia. Pero además, un vecino nuestro le celebra los quince años a su hija en el hotel más lujoso de la ciudad, con una orquesta venezolana, Lavillos Caracas Boys, que era la orquesta. Y entonces mi hermano, que era amigo de la muchacha que cumplió quince años, lo invitan a la fiesta, mi hermano de quince años. Y ahí uno decía ¿pero cómo paga esa gente? Una orquesta y el hotel y bueno, todo. Y decíamos no, es que son mafiosos. Y empezamos a tener noción de que había esos mafiosos. O había incluso algún vecino que de un momento a otro en su casa tenía dos caballos 1 decía ¿pero de dónde? ¿Cierto?
00:34:44
P/1 - ¿Pero ya tenían una idea clara de lo que estaba pasando?
00:34:49
R - No, no, no. Empezamos a tener apenas noción. Finales de los setenta y principios de los ochenta empezamos a tener esa noción. Digamos ya la década del ochenta es la en la que el país cae en la cuenta de todo este proceso. Pero por ejemplo, Pablo Escobar en el año ochenta y dos, ochenta y tres era un representante de la cámara, era un diputado nacional, estaba en la política, en el Congreso de la República. Y Luis Carlos Galán Sarmiento, el jefe político del partido en el que Pablo Escobar hacía parte, en un discurso en Medellín, lo expulsa del partido porque dice tenemos información de que el señor Pablo Escobar es narcotraficante. Y lo expulsan del partido. Y ese día Pablo Escobar dice yo mato a este hombre y años después lo asesinó.
00:35:32
R - Entonces empieza esa guerra ahí en los años 80 a conocerse realmente las caras detrás del narcotráfico.
00:35:39
P/1 - ¿En tu vida, qué estaba pasando en este momento? Estaba ahí. ¿Ibas a la universidad, cómo estaba viviendo todo eso?
00:35:49
R - Yo fui siempre como precoz. O sea, la infancia y la juventud mía siempre fue yo estaba siempre como un par de años adelantados, todo. En el colegio yo hice kinder, que llamábamos aquí a los seis años, pero cuando empecé a ser primero, quince, veinte días después, la rectora, doña Inés Solano, llamó a mi madre y le vamos a pasar al niño a segundo. No va a ser primero, el no necesita hacer primero. Ya sabe leer, sabe escribir, sabe muchas cosas. Entonces a mi familia le dio miedo porque está muy pequeño para eso. Pero fui y pude. Luego en el colegio me metía siempre en cosas, en el colegio de secundaria me metía en cosas de mayores siempre. Terminé el colegio a los quince años. A los dieciséis yo no sabía que iba a estudiar. Todos mis profesores decían que yo servía para abogado. Todos, todos. Pero a mí me iba muy bien en matemáticas. Entonces yo de pronto pensaba que iba a ser ingeniero, ingeniero textil además, tal vez por asociación con lo de mi abuelo y mi padre de empresas textiles.
00:36:48
R - Y hice lo que hoy dirían un sondeo entre profesores y todos dijeron que abogado. Alguno dijo ingeniero y uno dijo, vos sos periodista. No, me dijo tenés que estudiar periodista, vos sos periodista. Y yo ese día que nunca había pensado el periodismo, hacía periodismo ya en el colegio, pero nunca había pensado el periodismo como profesión. Dije eso es lo que yo quiero, ser periodista. Y cuando conté en mi casa, mi papá no estuvo de acuerdo. Era una derrota que yo fuera a estudiar periodismo. Una derrota.
P/1 - ¿Por qué, no era una…?
00:37:20
R - No. Se consideraba que comunicación social era una carrera de mujeres y que en fin cierto. Y entonces no iba a ser ingeniero, MI hermano mayor ya estaba estudiando medicina. Iba a estudiar medicina. Y entonces no era como un fracaso. Y entonces yo asumí eso también como un desafío. Y desde los dieciséis años, yo soy independiente económicamente. Empecé a trabajar, me pagué mi carrera. No recibí un solo peso de mi papá. A los veinte años monté un bar con la que hoy es mi esposa. Montamos un bar durante dos años donde presentábamos grupos en vivo. Ahí en la entrada de la comuna 13. Cuando les dije separación de la comuna 13 y la 12, en un altico que empezamos a bajar, ahí montamos un bar. Bueno, y siempre, siempre buscándome la vida. Hice marquetería a los 17 años enmarcaba cuadros, trabajé en un taller de carpintería, podé prados, les decía en San Javier, vendí mangos. Y hacía muchas cosas para buscarme la vida.
00:38:25
P/1 - ¿Pero por qué te decidiste? ¿O porque te peleaste con tu padre?
00:38:29
R - Las dos cosas.
00:38:31
¿Por qué el dijo, no?
00:38:32
R - No, él no dijo no y nunca dijo sí. Y yo además empecé a estudiar, y en la universidad pública había que pagar, no era gratuita. Hoy es gratuita. No era gratuita, pero si tenías un buen rendimiento académico, te becaban. Entonces empecé a buscar ese rendimiento académico para que me becaran. Y entonces esto es la carrera mía no le costó un solo peso a mi papá ni a mi mamá. Y cuando yo tenía veinte y tres años, mi papá y mi mamá se separan una noche antes de cumplir veinticinco años de casados, cuando tenía veintidós años. Y yo me hago cargo de la casa.
00:39:18
P/1 - ¿Por qué tu padre sale?
00:39:19
R - Mi padre sale y queda bravo durante mucho tiempo no aporto ni un solo peso con cuatro hijos. Y mi hermano mayor estudiaba medicina, mi tercero se había acabado de ir para la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas a estudiar ingeniería eléctrica. Hoy es el presidente de la principal compañía del país, la empresa nacional de interconexión eléctrica de todo el país. Y por eso vivo en Sao Paulo, porque esta empresa colombiana es dueña, es la que transporta el 86% de la energía de todo el estado de Sao Paulo y el 16% de la energía de todo Brasil. Es una empresa pública colombiana, el gobierno colombiano. Y maneja el 100 % de la distribución de energía en Perú. Y tiene empresas en Chile. Todas las autopistas de Chile las maneja esta empresa, bueno, mi hermano hoy es el presidente de esa empresa, desde hace un mes, dos meses, era el vicepresidente, llevaba veinticinco años allá. Mi hermano mayor es médico, acaba de pensionarse hace nada, unos meses, era médico forense, en la peor época además de Medellín, médico de medicina legal, de medicina forense. Y el cuarto hace fotografía, video y emprende cosas. Yo entro a la universidad de dieciséis años y entro a un mundo totalmente distinto, un mundo que no conozco, donde todas nuestras fiestas a los 16 años que empiezo yo a hacer, a ir a Fiesta al Día, toda gente mayor, eran con ron, Havana Club, que yo nunca he sido bebedor de nada, un vino de vez en cuando, un ron de vez en cuando, pero todas las fiestas eran Ron, Havana Club y pura música brasilera. Nuevamente, todas las fiestas mías de dieciséis, diecisiete ,dieciocho años eran con Gal Costa, con María Betania, con toda la música brasilera, con Tom Giovín, con todo. Era una época muy especial, la música brasilera era la música que se escuchaba en Medellín, en ese círculo. Y muy metido siempre en proyectos sociales, Comité de Derechos Humanos de Medellín, Comité de Profesionales por Libertades Políticas, Sindicato de periodistas, muy metido siempre en esos otros universos, peleando. Siempre tuve una intención, les dije que esto iba a hacer como una psicoterapia, a los catorce, quince años estaba tentado a irme de sacerdote.
00:41:38
P/1 - ¿Ah, sí?
00:41:38
R - Sí, hoy no creo en nada, hoy no tengo ninguna religión.
00:41:41
P/1 - ¿Pero qué te pasó con este?
00:41:43
R - No, no, no, yo creo que me gustaba el servicio social del sacerdocio, me gustaba, es decir, para mí siempre como la inclinación al servicio social y me gustaba Medellín fue clave. Si estuviéramos en mi casa yo haría así y les mostraría un libro de la carta de Medellín de 1968, que fue clave por los momentos de la nueva teología de la liberación de Bernardo Wolff en Brasil. Y Medellín fue fundamental en ese proceso de la nueva iglesia, de la opción preferencial por los pobres y se creó un grupo que era el grupo Golconda y había como una efervescencia de la política, de la acción social y de la Iglesia. Y a mí eso me llamó mucho la atención y llegué a estar en un par de retiros espirituales, en decimo y decimo primer año de mi colegio, cuando ya iba a salir como para ver si era mi vocación pues lo sacerdotal y no, dije me gusta el sacerdocio pero no me gusta el celibato. Y no me gustaban las condiciones de la iglesia, no me gustaban las condiciones de la iglesia, pero bueno, también tenía esa marca, ¿cierto? Y siempre como pensando siempre en lo social, siempre había como un chip ahí de activismo.
P/1 - pero no en este momento. ¿Cómo era una persona que está así, que está estudiando, pero no te pensabas ir a una guerrilla o una cosa así? ¿Cómo era esta la relación entre un estudiante y todo este movimiento que ya estaba hecho?
00:43:20
R - En la universidad, 1979, cuando yo entro a la universidad, yo paso 1978, empiezo en la universidad en el 78 de los dieciséis, pero la universidad para durante un tiempo, continúa en el 79. En fin, había mucho movimiento guerrillero en la universidad, mucho movimiento guerrillero de varios grupos. Y las asambleas estudiantiles eran asambleas manejadas por la guerrilla. Y yo recuerdo levantarme de diecisiete años a hablar en las asambleas contra el movimiento guerrillero por el manejo de las armas. Y entonces me silbaban, me chiflaban, ¿cierto?
00:43:55
P/1 - ¿Y te ibas ahí?
00:43:56
R - Así es, 17 años. Yo me iba y me enfrentaba con encapuchados, porque además estaban encapuchados ellos, encapuchados porque eran guerrilleros, pero eran estudiantes de universidad encapuchados, prendían carros, hacían manifestaciones y todo. Yo me enfrentaba a ellos, decía no, las armas no nos llevan a ningún lugar. Bueno, todo diecisiete años, o sea, era siempre mi familia me metía siempre me decía, siempre te metes en problemas, siempre. Estaba siempre como en defensa de cosas. Pero nunca tuve la opción por las armas. Nunca. Absolutamente.
Yo creo que eso me salvó. Hay un libro de Alonso Salazar, uno que fue alcalde de Medellín, que se llama, No hubo fiesta, y es la historia de sus amigos en otro barrio de Medellín, aquí arriba, muy cerca. La historia de sus amigos, de cómo algunos terminaron en la guerrilla y otros terminaron de paramilitares. Y Alonso dice que a él tal vez lo salvó que nunca fue capaz de empuñar un arma. Yo digo lo mismo, yo digo lo mismo. Es decir, para mí no había la vida como un secreto, como una decisión máxima, como un respeto máximo. Entonces me llevaba a que no estuvieran cerca de ningún grupo guerrillero.
00:45:02
P/1 - ¿Pero de dónde vino?
00:45:03
R - Tal vez esa asociación con lo cristiano de ese momento, con lo católico, con la vida, no sé, cosas de estas. Es imposible saberlo. Tal vez, por supuesto, la educación de la casa, donde había pues la lectura y la música y todo eso, habían sido formadoras de otro tipo de personalidad. O sea, mi hermano el mayor se dedicaba a salvar vidas como médico. Yo me dedicaba a salvar vidas desde el área social. O sea, no sé, había algo ahí, pero no era fácil, ¿cierto? Era muy difícil ser el diferente, el distinto.
00:45:39
P/1 - Y eras el diferente. ¿Era así de diferente?
00:45:41
R- Sí, todavía hoy. Yo todos los días tomo decisiones que me hacen apartarme de mucha gente. La semana pasada, un grupo de amigos decisiones políticas, ¿cierto? De uno u otro lado, que hacen que tengan discusiones muy fuertes de aceptar. Varios de mis amigos aceptaron trabajar en esta alcaldía. Amigos que estaban en contra del actual alcalde, del alcalde que lleva diez días. ¿Y Jorge, y si a vos te ofrecieran? No, yo no aceptaría por una razón que es ética. Pero es que Iván Duque, el expresidente colombiano en pandemia, el 5 de agosto del año 2020, me llamó y me ofreció ser ministro de cultura de Colombia. Y yo le dije que no. Y le dije no, Iván, porque no creo en el proyecto político tuyo. Él y yo nos conocíamos de antes. Le dije, vos estás haciendo, vos vas a pasar la historia como un pésimo presidente, estás en contra del proceso de paz, todo. O sea, le dije por qué no aceptaba. No, absolutamente. Entonces mucha gente dice Tendrías que haber aceptado, porque con eso, pues mejoras. No sé, todavía hoy tomo muchas decisiones que me hacen ser como el diferente.
Hace cuatro años renunció a un puesto en Comfama - Caja de Compensación Familiar de Antioquia. Yo dirigía Educación y Cultura en Comfama. Me ganaba muchísimo dinero. Es la vez que más me han pagado en mi vida.Muchísimo dinero. En dólares de hoy, $8000 mensuales. Nunca me habían pagado tanto por un trabajo. Y era permanente. Cada mes llegaba ese dinero y yo renuncie.
00:47:19
P/1 - Más los beneficios..
00:47:20
R - Más todos los beneficios. Más todos los beneficios. Tenía un bono anual por rendimiento, por resultados que se calificaba de uno a tres. Uno, dos o tres. Y a mí me dieron trabajé un año y cuatro meses, me dieron 3.2 en mi único bono que alcancé a recibir. Y yo me retiré. Renuncié el 28 de abril del año 2020, en plena pandemia, sin saber qué iba a hacer, sin tener ni fortuna, ni dinero, ni ahorros. Pero preferí irme que seguir trabajando en una organización en la que no me sentía bien.
R - Incluso muy raro, no me sentía bien con todo lo que me ganaba. Era extraño. No me sentía bien. Entonces pero bueno, siempre, siempre en esa época entonces yo lo estaba yo era estudiante, era un buen estudiante. Pero teníamos también el bar, teníamos la taberna, teníamos un grupo de investigaciones para lo llamamos CISE, Centro de Investigaciones Socioeconómicas. Un nombre enorme. Teníamos veinte años. Un nombre enorme para cuatro amigos que nos dedicamos a estudiar cosas, proyectos sociales en barrios, en Moravia, en el basurero. Una buena parte de las fotografías que vieron desde mi esposo y yo en el año 83, a los veintiún años. Y eso hacíamos, no sé, nos movíamos en la ciudad buscando cosas en un mundo de lo social y de lo cultural.
00:48:46
P/1 - ¿Me ubicas un poco tu relación con tu esposa, cuando empezó?
00:48:50
R- Nosotros nos conocimos en una clase de semiología y yo le caí gordo a mi esposa en esa clase porque yo preguntaba mucho y hablaba mucho y ella decía ¿este qué, este qué, este qué? Ella tenía novio, sus padres vivían en Cartagena, Su padre era carpintero en ese momento en un astillero. Y yo empecé, éramos seis amigos, cuatro de comunicación social, uno de derecho, y una de trabajo social. A la de trabajo social, Amparo, que era además la más amiga de mi esposa, la mataron y de los compañeros nuestros muchos murieron, en esta guerra infame de un lado y de otro. Nosotros nos conocimos en esa clase de sociología, empezamos a salir los seis amigos, nos íbamos a los bares, nos íbamos a tomar, en fin, y yo estaba, me enamoré de ella, pero yo no decía que estaba enamorado de ella. Y cuando nos juntábamos, nos tomamos unos aguardientes o algo, yo empezaba con la nostalgia, pero todos ahí ¿qué te pasa?
Y yo les hablaba de otra amiga que estaba enamorado de una amiga que no me paraba bolas, que no me ponía cuidado,
P/1 - ¿Pero era ella?
R- Era ella. Y ella estaba sentada ahí al frente y yo hablaba de la otra, en fin, pero nunca conté. Y como diez meses después de estar en esa situación, en una parranda, en una rumba que tuvimos. Amparo, la que luego mataron, nos llevó, nos repartió, ella bebía, era la que más bebía de todas, no había restricciones para conducir y beber. Y ella a las 6:00 a.m. nos repartía todos en su carro. Y cuando dejó a María Elena, María Elena vivía, la mona, vivía en la casa de unos tíos, su familia además tenía también era pobre y aquí unos tíos la recibieron para vivir. Cuando la dejamos yo me bajé con ella a las 6:00 a.m. delante de todos, le di un beso, pero diez meses después de estar saliendo y al día siguiente teníamos que estudiar juntos ella y yo en mi oficina, yo trabajaba en un noticiero de radio, diecinueve años tenía trabajando un noticiero de radio, en fin.
00:50:55
R- Y el domingo dije nos reunimos en mi oficina para estudiar. Y yo claro, esa mañana 5:00 a.m. 6:00 a.m. que la dejamos a las 10:00 a.m. nos reunimos, no dormimos nada y yo dije ¿y ahora qué? Y me fui y le llevé esto. Cuando llegamos a la emisora de radio me dijo bueno Jorge, ¿qué pasó esta mañana? ¿Ese beso qué fue?
00:51:19
P/1 - ¿Ella te preguntó?
00:51:21
R - Sí, y le dije, mona, vos sos Ángela que era el nombre ficticio y le entregué esto que todavía está en la casa de cartas y poemas de amor, que yo lo llamaba, Neruda tiene veinte poemas de amor y una canción desesperada. Yo lo llamaba mil canciones desesperadas y un poema de amor. Entonces le entregué eso, todavía está en mi casa,. Y le entregué un cassette de Julia Elena Dávalos, una cantante española, con una canción. Le dije, escucha esto. Y era, es doloroso amar y no poderlo decir, un poema. Entonces ella dijo, bueno, sabes que yo estoy tengo un novio, tenemos planes de casarnos. El novio vivía en Cartagena. El novio era un adonis, buceador, bonito y fortachón, era biólogo marino. Sven, de familia sueca, vivía en Cartagena, que estudiaba biología marina. Y había descubierto el hijo de puta, una esponja. Y entonces lo habían invitado al Smithsonian Museum de Washington. Seis meses como investigador, ¿cierto? todo. Entonces y la mona es mayor que yo, doce años. Yo tenía diecinueve, ella treinta y uno. Y ella había empezado a estudiar otra cosa, pero su madre estuvo muy mal, enferma y se tuvo que ir a cuidar a su madre durante varios años de un cáncer. Entonces dejó la carrera y volvió.
00:52:51
P/1 -¿Por eso estaba ahí en la universidad?
00:52:52
R- Claro, por eso estaba ahí en la universidad. Entonces, bueno, ya le dije no, ya por lo menos lo sabes. Ya estoy tranquilo porque lo sabes, me quita un peso de de encima y no te jodo la vida. Vos seguís tu relación con Sven. Yo no conocí a Sven y tranquila. Pero yo ya con confianza, ya sabía. Yo le pasaba en la clase le poemitas de amor. Hablábamos de mayo del 68, seamos realistas, pidamos lo imposible. Soy realista, pido lo imposible. Me miraba y se reía.
Y esas navidades, año 81, ella se fue donde su abuela, a Cartago, cerca donde van a pasar ustedes cerca, Pereira, media hora de Pereira. Se fue a donde sabía, Cartago. Y yo le pedí a la secretaria del noticiero donde yo trabajaba, le pedí prestada su moto. Ella tenía una moto. Le dije, ¿vos me prestas tu moto para irnos a Cartago?
Pero yo no sé manejar. Nunca he sabido manejar. Hoy no sé manejar ni moto, ni carro, ni nada. Entonces le dije a un amigo, al otro amigo de los seis, a Jorge, que manejara él. Y nos fuimos en una moto destartalada, vuelta nada, nos fuimos hasta Cartago. Y allá ella se sorprendió cuando llegamos, la buscamos, se sorprendió solo una noche, dos noches de visita y nos vinimos ya. Y ella dijo que se iba de Cartago pues a pasar la Navidad con sus papás en Cartagena. Y yo me fui a dedo para Cartagena.
Me fui a dedo y me monté en un camión que llevaba una grúa, dormí en el camino y dormí bajo el camión en una hamaca y llegué el camino para Barranquilla, allá me bajé y cogí un bus para también haber ido hasta Cartagena. Llegué a Cartagena y le toqué la puerta un viernes a las 9:00 a.m. en la casa. Un previo es, yo había ido unos meses antes a Cartagena, enviado por el noticiero y le había preguntado a la mona dónde vivían sus papás para que si les quería mandar algo, y ella les había mandado algo, cualquier cosa. Entonces yo fui a buscar a los papás y les hice visitas, (con) diecinueve años a su padre y a su madre toda la noche. Y su madre me decía pero vos no tenés mijito, usted no tiene que ir a rumbear, a conocer esta ciudad, yo le decia, estoy feliz acá. Yo ya conocía a los suegros y su padre hablaba más que yo. Su padre era muy especial, su padre estudió hasta segundo de primaria, campesino, campesino, carpintero. Pero por ejemplo, esa noche que lo conocí, yo recuerdo que dije algo y me dice hombre, jovencito, eso lo dice Víctor Hugo en los miserables. Dije, hombre, don Alipio, qué va a decir Víctor Hugo en los miserables, nada, yo me leí los miserables años, eso no. Y mientras yo le decía eso, su madre, la mamá pues de la mona, don Alipio, ahí donde estás vos y su madre atrás. Y su madre me decía (mímica de silencio), porque a partir de eso su padre, mi suegro, me dio una clase por ahí de tres horas sobre Víctor Hugo y fue y sacó de un estante a Víctor Hugo en una edición y dijo eso lo dice Víctor Hugo en la página doscientos veintiuno en Los Miserables. Así era una conversación de nada. Y va y saca el libro y lo abre y dice hasta hijo de puta, memoria mía no lo dice, está en la doscientos veintidós, se había equivocado por una página. Entonces mis y siempre fuimos muy amigos, o sea, es muy especial.
R- Ellos me aceptaron a pesar de la diferencia de edad, desde el principio. Y entonces yo me fui a buscar a la mona y el día que le toqué la puerta a 9:00 a.m. ella se sorprendió, me vine a dedo y me dice Jorge Sven llega hoy de Washington.
P/1 - De Smithsonian.
R- Claro, del Smithsonian Museum. Entonces le digo yo ah, qué bueno, lo voy a conocer. Y me quedé en la casa. Y él llegó, él llegó y la mamá me presentó como un compañerito de la universidad, ellos tenían la misma edad, bueno, todo y no me les despegué en todo el día.
00:56:55
P/1 - ¿Te quedaste ahí?
00:56:56
R - Todo el día estuve con ellos, salimos al mar todo el tiempo en Cartagena. Pero esa noche dije pues ya yo durmiendo en otro lugar, dije esto es una tontería. Y al día siguiente toqué la puerta otra vez, 9:00 a.m. y le dije mona, a partir de hoy te dejo tranquila. Ya eso fue un error, fue una tontería lo que te hice ayer. Con Sven seguimos siendo amigos, y podemos ser amigos, pero ya me regreso. Me dijo, pero si llegaste ayer. Me regresé a Medellín, me devolví, me recogió un camión que traía alimento concentrado para gallineros, y quedé oliendo a gallina por ahí una semana.
00:57:39
R - Eso no se desprendía, yo venía encima de los bultos, entonces quedé oliendo a gallina. La mona regresó un mes después a Medellín, y cuando regresó me dijo Terminé con Sven, y empezamos allí ya. Y llevamos desde enero, febrero del 82 hasta hoy estamos juntos. Entonces, tengo un hijo de treinta y tresa años, y ella también estudió comunicación, terminó comunicación, pero nunca la ejerció. Y es ceramista, hace cerámica.
00:58:13
P/1 - ¿Siempre fue ceramista?
00:58:15
R - Siempre, desde dos semestres antes de terminar la carrera descubrió la cerámica del año ochenta y siete tal vez descubrió la cerámica, no, desde el año ochenta y cinco descubrió la cerámica antes de terminar. Nos grabamos en el ochenta y seis, y en el ochenta y ocho montó un taller de cerámica con un primo de ella, diseñador industrial, y estuvieron juntos tres años. Ese taller se ganó una beca, el taller no, el primo se ganó una beca nacional, una sola beca para una persona del país, para estudiar cerámica durante dos años en China, y se fue el primo de ella y nunca más regresó. Vivió siete u ocho años en China y después en España, vive en España desde siempre y nunca más regresó. Entonces la mona se quedó con el taller y sigue teniendo el taller de cerámica.
00:59:03
P/1 - Bueno, entonces vamos, estamos ustedes con la mona ahí trabajando, estudiando en la universidad ya momentos de guerrilla, de violencia. ¿Y ahí qué pasó?
00:59:14
R - Pasan muchas cosas, pasan muchas cosas. En el año ochenta y siete, uno de los libros que les iba a recomendar se llama el olvido que seremos. El olvido que seremos. En el año ochenta y siete matan en Medellín, en una semana, el lunes, matan a Luis Felipe Vélez, presidente de la Asociación de maestros de Antioquia, de veintitrés mil maestros. Y al día siguiente estamos sacando su féretro de la velación se hizo en la sede de los maestros, sacamos el féretro para llevarlo ocho km al cementerio a pie, una gran marcha de maestros. Y cuando sale toda la gente de la sede de los maestros, que está de aquí, de esta calle, dos calles más, cuando el féretro iba en todo el palacio de la cultura, junto a la plaza de esculturas de Botero, que ahí era la sede del gobernador, dicen mataron a Héctor Abad y a Leonardo. Héctor Abad era el presidente del comité de derechos humanos, y Leonardo Betancur el vicepresidente. Dos médicos. Y Héctor era precandidato a la alcaldía por el partido liberal. El partido liberal que era todavía en ese momento una socialdemocracia , y él era el ala más izquierda del partido liberal. Y ellos iban a entrar a la sede de los maestros, una vez que habíamos sacado el féretro, para definir con la junta directiva de la asociación de maestros medidas de protección durante esa semana. Y en toda la entrada los asesinan a ellos. O sea, el lunes al maestro y el martes a estos dos.
01:00:54
P/1 - ¿Y ahí estamos hablando de narcotráfico?
01:00:58
R - No, Paramilitares. Ultraderecha, complicidad con el ejército, con la policía, con todo. Y cuando matan a Héctor, yo era del Comité de Derechos Humanos. Nosotros, la mona y yo teníamos hacíamos parte de un pequeño grupo profesionales por libertades políticas. Aquí han habido muchas cosas en contra de las libertades políticas. Entonces todo había defensa de presos políticos, todo. Nosotros estábamos en un pequeño grupo con unos amigos Albeiro Pulgarín, Omar Flores, en fin, Omar Gómez. Y esto, el miércoles es el funeral de Héctor Abadi y Leonardo Betancourt. Multitudinario, de los más grandes en la ciudad, pues, por lo que significaban ellos y lo que significaba esa semana.
Y el viernes, muy cerca de acá también, a trescientos metros. Teníamos la oficina de ese grupito en un edificio del centro, que era la oficina de un abogado, Omar Gómez. Y entraron a las 9:00 a.m. a la oficina del abogado. Dos sicarios amarraron a la secretaria, nunca supieron que era sobrina del abogado. La encerraron en el baño, esperar a que llegara Omar para matarlo. Y le dio la abogada vamos a esperar a su jefe para matarlo. Y la cerraron el baño, amordazada, todo.
Él no llegó nunca a su oficina, o sea, llegó cuatro horas después, porque se quedó en el bar de abajo, cafecito más un cafecito de abajo. Iba a entrar a su oficina, se encontró con alguien y empezaron a analizar qué se podía hacer frente a todos estos asesinatos. Cuando él subió a la oficina, se encuentra su sobrina secretaria amordazada. Ya no estaban los sicarios y habían ido. Y los tipos le dijeron a la secretaria encerrada en el baño Dígale a ese hijueputa que la próxima se muere. Esa noche nos reunimos en mi casa, muy cerca a la comuna 13. Vivíamos ahí mi esposo y yo, en la comuna 12. Nos reunimos en mi casa, y Omar llegó sin pelo, se tusó, se quitó todo el pelo, se quitó el bigote, la barba que era espesa, era otro.
01:03:01
R- Y dijo me tengo que ir. Entonces él salió del país al día siguiente. Se vuelve a Bogotá una semana después. Nunca más regresó. Vive en San Francisco. Se dedicó a defender inmigrantes. Es abogado. Se dedicó a defender inmigrantes, a hacerles asesorías, no jurídicas, porque oficialmente no es abogado allá. Y montó una pizzería y vive de eso. Nunca más volvió.
01:03:21
P/1 - ¿Desde entonces?
01:03:21
R - Desde entonces. Y nosotros empezamos a dispersarnos un poco. Un par de meses después, el alcalde Medellín, William Jaramillo, nos llama a cinco personas, cinco periodistas a su oficina. El alcalde entramos a su oficina y está con el editor del periódico el colombiano. Y el alcalde nos dice muchachos, tengo una pésima noticia. Esta amenaza llegó, este panfleto llegó hoy al colombiano y a la alcaldía, y dice que ustedes son los cinco próximos. Entonces un folleto, una hoja, estos son los cinco próximos. Jairo Calle Conedo, María Cecilia Dudelo, Luis Alfonso Yepes, Jorge Melguizo, Jaime Vidal, en ese orden. Éramos los cinco directivos del sindicato de periodistas. Yo tenía veintiseis años, año ochenta y ocho. Y nos dicen ¿les ofrecemos escoltas? No, los escoltas son los que nos matan. Salimos de ahí y nos fuimos a conversar con Luis Fernando Vélez, abogado constitucionalista, profesor de la Universidad de Antioquia, quien había reemplazado a Héctor Abad en la presidencia del Comité de Derechos Humanos. Y le dijimos Luis Fernando, ¿qué hacemos? Dice tres cosas. Uno, hagan rueda de prensa ya. Salgan de acá a una rueda de prensa y renuncien al sindicato de periodistas, a la junta directiva. Dos, ustedes dos que son del Comité de Derechos Humanos, renuncien ya al Comité de Derechos Humanos en la misma rueda de prensa. Tres, digan que tienen mucho miedo. Digan, digan que tienen mucho miedo. Eso va a calmar a los asesinos. Los asesinos quieren el miedo de ustedes. Demuestrenles miedo y si pueden, váyanse. Y entonces yo le dije Luis Fernando, huir es de cobardes. Me dijo, exactamente. Yo los quiero cobardes a ustedes. Quiero que huyan porque los héroes están muertos, y a ustedes los necesitamos vivos para el futuro. A ustedes los necesitamos vivos para el futuro. Y yo le dije Luis Fernando, ¿a vos no te da miedo? Dijo no, yo soy del sistema, yo soy del partido conservador. Por eso acepté ser presidente del Comité de Derechos Humanos. A mí no me hacen nada. Quince días después lo mataron a él. Y los cinco estamos vivos. O sea, los cinco estamos vivos. Siempre, siempre que paso por este pedacito, la historia que he contado muchas veces, siempre me pasa lo mismo. Porque creo que estamos vivos por cobardes. Estamos vivos por hacerle caso a Luis Fernando, estamos vivos por el consejo de una persona sabia que quince días después fue asesinado. Hicimos todo eso. Esa misma tarde renunciamos a todo. Yo me fui un mes donde los papás de la mona, donde los suegros, nos escondimos allá, pero no teníamos manera de irnos.
01:06:21
R - Una hermana de la mona vive en EE.UU. desde hace cincuenta años. Le pedimos que nos impidiera, o sea que para la reagrupación familiar nos dijo se tienen que casar. Nosotros no nos habíamos casado, entonces nos casamos la mano y yo por lo civil. Escogimos un martes trece para casarnos. Martes trece y te embarques y te casas. Nos casamos un martes trece de septiembre del año 1988. Pero dieciseis años después nos llegó la aceptación de EE.UU. Vivíamos en Bilbao en ese momento. Nos habíamos ido a vivir a Bilbao cinco años y en la misma semana en que decidimos regresar a Colombia y renunciar a Europa, nos faltaba un año para ser nacionales. Éramos residentes pero no nacionales. Un año más hubiéramos sido nacionales. Dijimos no, no nos interesa la nacionalidad española. Esa misma semana nos llegó, llegaron de vacaciones, un tío de la mona, que eran los dueños de la casa donde vivíamos. Ya nos había llegado la comunicación de que EE.UU nos aceptaba por reagrupación familiar y rompimos. No queremos ni EE.UU. ni Europa. Medellín es una elección.
01:07:39
P/1 - Pulamos, entonces, para finalizar, después vas a contar todo este Brasil. ¿Háblanos un poquito de tu proceso solamente con la comuna 13. ¿Cómo lo ves? Lo que pasó de una manera.
01:07:57
R - Comuna 13, digamos como varios momentos. Un primer momento cuando Pedro Nel Gómez, un artista de Medellín, diseña ese barrio. Un artista es pintor, es escultor, es ingeniero y es arquitecto. Él diseña el barrio. Existen los planos de la comunidad, una 13 de San Javier, del barrio central, de la iglesia, es decir, existe el plano central desde una cuadra antes de mi casa, lo que recorrimos en carro hasta el palenque y un poquitico hasta la fuente esa que no funciona, hasta ahí está el barrio, barrio diseñado. Entonces fue un barrio bonito, agradable, obrero, tranquilo. Era más o menos un oasis, lugar en el que fuimos muy felices de la infancia y en la adolescencia. Y luego el barrio se llenó desde que empezamos a vivir ahí, todos los alrededores eran barrios de mucha pobreza, de favela total, de casas de cartón y de madera.
01:08:54
R - En el poste de energía de mi casa se pegaban cientos de cables ahí. Entonces bueno, había una situación rodeados de pobres y se empezaron a vivir las violencias también ahí. Luego el barrio cambió, la droga especialmente, muchos amigos metidos en droga. Empezó a cambiar el escenario del barrio y ya no era tan fácil. Cuando fui dueño de la taberna, pues con la mona, yo tenía veintidós años cuando la montamos, yo cerraba a la 1:00 a.m. y me iba caminando veinte calles hasta mi casa pero ya tenía miedo. Año ochenta y cuatro tenía miedo todas las noches me iba caminando con miedo. Y no cogía un taxi para no gastarme las utilidades de la taberna, porque además nos pagábamos todo.
La Mona vivía en su apartamento al lado de la taberna. Yo ayudaba a mi casa, financiaba mi peso, era el sustento de la casa, en fin. Entonces pagamos todo. Cuando vendimos la taberna, la mona pagó todo su crédito educativo con su parte y yo pagué la reparación del techo de mi casa. Porque cuando llovía, nosotros decíamos que cuando llovía nos salíamos a los patios a escamparnos, porque llovía más adentro que afuera de todo. En las camas caían unas veces para dormir, suena raro, pero suena un poco, dormíamos, sabía en qué dirección dormía y el resto le ponía ollas con trapos para que cayeran las goteras encima las camas, porque llovía. Con lo que vendimos la taberna, la reparación del techo completo, San Javier entonces empieza a variar, ¿cierto? Luego el metro llega y afecta de otra manera urbanísticamente ese despelote de la salida del metro, comercio y comercio, una estación, la estación más mal planeada de todo el circuito metro, incluso se roba la cancha de fútbol, todo. Todavía la debe el metro tiene una deuda con el barrio, le debe una cancha de fútbol, porque la estación se construye en la cancha de fútbol del barrio. Y digamos que el cuarto ciclo es todas las finales de los noventa y principios de los dos mil, cuando el barrio es ese escenario de guerrillas, de paramilitares, de la operación Oriol, operación mariscal, veinte operaciones militares, ejércitos, todo. O sea, el barrio se convierte en un infierno.
Mi madre todavía vivía ahí, mi hermano vivía ahí, nosotros vivíamos en España y llamábamos y estaban los helicópteros artillados encima de la casa. Bueno, todo una situación difícil. Luego, otro período es cuando ya estamos en la alcaldía, 2004 al 2011, que diseñamos un proyecto urbano integral y se ejecuta ese proyecto y el barrio empieza como a revivir, a salir adelante. Y el último proceso es hoy, que tiene una combinación de ese barrio 100% turístico que han visto, con una vida impresionante, pero también donde hoy, digamos hoy no hay sicariato, no hay muertos violentos en el barrio, pero sabemos que bandas criminales son dueñas de algunos de esos negocios que hay en el barrio. Y donde sabemos que esos bandas criminales le cobran una extorsión a mucha gente de los negocios, a Casacolacho y a otros son extorsionados.
01:12:04
R - Y algo que vi ayer, que no vimos cuando ustedes algo que vi ayer, es que ya empiezan a una cuadra de las escaleras están construyendo un hotel, y eso ya me parece peligroso, porque va a empezar a haber entonces desplazamiento real de pobladores en el barrio por donde uno llega el 20 de julio para esta compra de hoteles. Y alrededor de los hoteles seguramente va a empezar a ocurrir prostitución. Esto es causa efecto. Entonces, bueno, vendrán otros momentos, pero la comuna 13, para mí hay dos barrios que están siempre en mi corazón, y son los dos barrios a los que más voy en Medellín. La comuna 13 y Moravia. Son los dos barrios.
01:12:47
P/1 - ¿Pero por qué? ¿Qué representan para ti?
01:12:50
R - Moravia representa mucho la semilla mis calles. Mira, ayer iba caminando con las de televisión chilena, y caminando por todo el barrio, y saludó mucha gente. En un momento incluso venía así ensimismado y oí que oía como que llamaban, pero no hasta Melguizo. Y viene una y me abraza una de las amigas mías de adolescencia y me dice es increíble, todos estamos viejos menos vos. Me dice, todos estamos viejos menos vos, ¿cierto? ¿O estábamos almorzando en mi palenque y por la reja, por la malla, hombre, Melguizo, ¿cierto? Un compañero mío del colegio de la educación primaria, vuelto nada, tiene un cáncer en la cara, horroroso, pero además llevado de la droga, drogadicto total. Entonces entró al restaurante, nos saludamos, en fin, con mucho afecto, pero me decía Melguizo, es que para nosotros vos sos un orgullo de los del barrio.
01:13:41
R - Nosotros comentamos entonces que nos quedamos acá, bueno, todo. Entonces es un barrio al que aunque hoy no tengo mucho, donde pues no tengo muchos afectos allí, ya, mucha gente se ha ido, sigue siendo el barrio del que soy, de donde soy vos, de la comuna 13. Me fui de ahí a los veinticuatro años, pero sigo volviendo siempre. Es decir, si de algún lugar de Medellín soy, es de ese. Y Moravia, porque es un barrio que desde los veinte años en la universidad ha estado, ha atravesado mi vida estudiantil y profesional siempre, por muchas razones. Entonces tengo buenos amigos allá. Entonces los dos barrios de los que más afectó tengo yo en Medellín son esos dos.
01:14:21
P/1 - Mira, porque tienes que ir vagona, una última pregunta y ahí después otro momento continuamos. Cuando estábamos ahí contigo, la impresión de Belia...
01:14:35
R - Si ustedes me quieren acompañar hasta donde Belia tiene un par de libros de agua, vestuario, no sé si en portugués o en español.
01:14:42
P/1 - Está bien, vamos.
01:14:44
R - Es una de aquí, unas, no sé, seis cuadras.
01:14:47
P/1 - Ok, corriendo contigo, corriendo solamente. Entonces, para terminar un poco, una sensación que tuvimos ahí es que puedes volver ahí un montón de veces, pero estás siempre soñando. ¿Cuando estás caminando uno siente que no? Estás ahí mirando algo que es un sueño también. Explícame ¿qué sueño? ¿Por qué cuando te vas ahí, qué energía, qué te pasa? ¿Qué sueño es este? No, porque los sueños son cosas de futuro.
01:15:21
R - Claro. Yo he visto en mi barrio y en general en Medellín, los efectos máximos de las pobrezas y de las violencias. Esta es una ciudad con una altísima inequidad, en un país con una altísima inequidad. Brasil y Colombia, los países con mayor inequidad del continente, séptimo y octavo creo hoy en el mundo en inequidad. Y Medellín, una ciudad con muchísima inequidad, pero además de la inequidad, muchísima pobreza, que no es lo mismo. Entonces he visto en mi barrio, en los alrededores de mi barrio, muchísima pobreza y muchísima violencia de todas las formas. Muchos amigos míos muertos, todos en Medellín. Entonces, ver un barrio que mantiene criminalidad, sí, que mantiene narcotráfico, sí, que mantiene bandas, sí, pero que hoy la violencia no hace parte de su cotidianidad.
01:16:11
R - La vida tiene hoy un valor máximo, incluso así sea porque a los criminales no les conviene matar, a los criminales no les conviene matar a un turista del barrio, se acaba el turismo. O no les conviene lo que había antes. Entonces los criminales cuidan su negocio. Y eso, como parecemos ahora Marsella, en Francia, donde la criminalidad coexiste con el gobierno. Hay una serie en Netflix, Marsella, con Gerard Depardieu, y ahí está claro eso, la connivencia entre un lugar y otro. Entonces se mantienen esos dos niveles, pero ve uno el que es posible transformar social y culturalmente una sociedad, construir otro tipo de espacio de vida y no sé, lograr que la alegría, que la felicidad, que el optimismo, que la esperanza sea como un denominador común de mucha gente. Cuando les preguntamos a los raperos en la casa de Justicia qué palabras definía Medellín hace veinte años, y dijeron miedo, terror, violencia, en fin. Y cuando les preguntamos con qué palabras definen hoy su barrio, dijeron esperanza, optimismo, progreso, posibilidad, oportunidad, ahí encontras vos que es posible.
01:17:27
R- Y yo creo que el mundo en general y Latinoamérica en particular, necesita de estas esperanzas. Yo, por ejemplo, mis conferencias las termino siempre, hable de lo que hable, escritas ciento treinta y algo de conferencias y power point, no sé, tengo treinta o cuarenta powerpoint distintos y según las conferencias adaptó uno u otro. En fin, hable de lo que hable, de educación, de seguridad, de cultura, de gestión pública, siempre termino con la misma imagen, que son unos niños y niñas escalando un muro de estos de escalada que se ve en los barrios, con un arenero abajo, porque es lo simple, el arenero y el muro de escalada, y con una frase, si en Medellín es posible, en cualquier lugar del mundo es posible. Yo creo que eso es, o sea, creo que San Javier, La Comuna 13 y en general Medellín son hoy una evidencia de que en medio de miles de problemas, en medio de miles de dificultades de guerrilla, de narcotráfico, del paramilitarismo, de todo, en medio de la corrupción más absoluta de lo que los gobiernos, en medio de gobiernos de derecha toda la vida es porque tenemos un gobierno de izquierda, en medio de un gobierno de izquierda que ha resultado ser ineficiente en muchas de sus cosas, en Colombia, en medio de todo eso es posible. Y eso yo creo que es lo que me emociona a mí demostrar Medellín y en particular de recorrer La Comuna 13.
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